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sábado, 10 de octubre de 2015

DRAMAS DEL PRIMER MUNDO



Hay dramas que únicamente por tener lugar en lo que llamamos el primer mundo, son más importantes... más dramas. No importa cual sea el suceso o el número de vidas que se lleve, sabemos que si ocurre en ciertos lugares privilegiados tendrá muchísima más relevancia. O mejor dicho... tendrá relevancia... así, a secas. Los medios de comunicación comenzarán a bombardearnos constantemente con la noticia, a menudo manipulada y deformada hasta que se convierta en un drama aún más drama si es que es incluso posible... claro, porque es del primer mundo. Entrevistarán a la ex novia de uno de los protagonistas, nos contarán las historias más lacrimógenas de las víctimas, algún que otro cargo importante caerá (para darle más dramatismo), se perderán unos cuantos cientos de miles de millones en bolsa, se harán todo tipo de recordatorios durante años, minutos de silencio, se parará el mundo y Obama anulará su agenda para ese día o para esa semana... (siendo éste el mayor indicativo del nivel de la tragedia). Sin embargo, si esto mismo ocurre en la otra punta del mundo, lejos de occidente, ¿qué tenemos? Una cifra. Eso es todo. Una cifra cientos de miles de muertos. No hay entrevistas lacrimógenas, no hay interrupción de la programación para hacer especiales sobre la noticia, no hay historias humanas individuales. Solo hay una cifra, 4789 muertos, por ejemplo. No es tan importante como para que esa noche no se televise Gran Hermano VIP. 


Sin embargo, hoy no vengo a hablaros de los dramas más dramáticos del primer mundo. Que los hay, y son tragedias que debemos lamentar por igual. Pero no, hoy quiero hablaros de los dramas más estúpidos. Aquellos que nos llevan a la mayor desesperación en nuestro día a día. Aquellos que dan ganas de abofetear a la persona en cuestión o de eliminar por completo la raza humana y liberar al planeta de su presencia. Los verdaderos dramas del primer mundo. 

Que si me ha dejado mi novio de dos meses, que si no quepo en una talla 36, que no se si comprarme el Ipad mini porque es muy pequeño pero es de Apple o quedarme satisfecho con mi portatil de mierda. Que si hoy no dan Hombres, Mujeres y Viceversa porque es festivo, que si no me queda batería para subir mi novena foto del día a Instagram haciendo cualquier mierda pero que al ponerle un filtro chulo parece que hago algo con mi vida, que si se ha ido uno de los componentes de One Direction y ya nada volverá a ser como antes...


Obviamente algunos de ellos son algo exagerados y caricaturizados, pero ¡ojo! que se han dado casos y peores... Si algo es seguro es que la estupidez humana no tiene límites. Vivimos tan sumergidos en nuestro pequeño microclima lleno de aspiraciones banales, de filtros o no filtros de Instagram, de likes, de conversaciones de Whatsapp que deformamos y analizamos hasta llegar a conclusiones ridículas partiendo de un simple OK, de últimas horas de conexión que determinan lo felices o desgraciados que seremos durante el resto de nuestro día, de autoconcepciones de nosotros mismos delante del espejo basadas en comparaciones sin sentido con imágenes irreales que promulgan los medios de comunicación... y un largo y lamentable etcétera... que hace que no nos demos cuenta de la única realidad que tenemos en nuestras manos en ese momento. El aquí y el ahora. Que esto no es para siempre. Y sino que se lo digan a las 150 personas que iban en el avión de Germanwings. O a las probablemente más de 7000 victimas del terremoto de Nepal. Que esto se puede acabar en cualquier momento. En un segundo nuestra vida puede quedar destrozada, y ya no solamente por la improbable, o no tanto, posibilidad de estar en el medio de una tragedia. Sino por cosas mucho más comunes. Como un diagnóstico de cáncer, a ti o a un ser querido, o un accidente de tráfico, o un desahucio, o quedarte sin empleo y a ver como te costeas las Apple-gilipolleces... o otras mil cosas malas que nos podrían pasar en cualquier momento. 

Esto no se trata de vivir cada día como si fuera el último, ni de de estar constantemente pensando que vamos a morir o de consolarnos con las desgracias ajenas. No. Se trata de mirar a tu alrededor y ver el mundo que te rodea, desde la lógica y el sentido común. Hay problemas, cosas malas de verdad: muertes, guerras, enfermedades, violaciones, pobreza, Belén Esteban... Nos deberíamos sentir contentos y dar las gracias por la vida que tenemos. Hay cosas peores que tener la talla 42 y "no poder" ponernos en bikini en la playa... no se, por ejemplo tener parálisis de cintura para abajo y no poder ir a la playa de verdad. Que claro que se puede ir igualmente por supuesto, solo intento hacer ver mi punto de vista. Se puede ir a la playa aunque tengas parálisis igual que se puede ser feliz incluso aunque te hayan detectado un cáncer. ¿Por qué? Porque la felicidad no está en las cosas que tenemos o que no tenemos, sino en nuestra mente. Es un estado mental. Por eso hay gente rica y famosa que parecía tenerlo todo y se suicida y por eso Costa Rica, Vietnam y Colombia encabezan el ránking de los países más felices del mundo (oh no, ¿cómo puede ser posible? si son países subdesarrollados...). Pues lo es y punto.




Probablemente para ser más felices deberíamos olvidarnos de tantas tonterías... de tallas, de operaciones de cirugía estética, de relaciones que no nos hacían felices pero que era lo único que teníamos, o de relaciones que sí que nos hacían felices pero que se han terminado porque la vida es así, y de la misma manera que un día hay un atentado en Gaza, al otro te rompen el corazón. Alguien tiene que decírtelo. HAY COSAS MÁS IMPORTANTES. Problemas de verdad. Cosas malas de verdad. Cosas que probablemente algún día acabarán pasándote también a ti, o te rozarán de alguna manera, y entonces te lamentarás y añorarás los momentos que estás viviendo justo ahora, cuando tienes todo a tu alcance para ser feliz. 

Porque eres libre, joven, estás sano y vives en el primer mundo. Probablemente tienes los factores principales para poder ser feliz. Aprovéchalo, porque no todo el mundo puede decir lo mismo. Haz lo que te gusta, lo que te haga feliz. Encuentra un objetivo y haz todo lo posible por realizarlo, por convertirte en la persona que quieras ser, porque tienes todo en tu mano para hacerlo, y sino lucha por encontrar la manera y deja de quejarte. No te quedes ahí lamentándote por cosas que dentro de 5 años no tendrán importancia. Concéntrate en las cosas importantes de verdad, en las cosas buenas que tienes, más que en las malas, y en las que potencialmente puedes conseguir. No malgastes tu tiempo ni tu fuerza en estupideces como todas las que hemos enumerado antes. Libérate de todo ese drama. Y come y folla más y mejor, ¡joder!